El último padrón elaborado por el INE, consolida la tendencia decreciente de la población del municipio
El último censo del año 2024 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, establece que la población de Huélago es de 358 habitantes, de los cuales, 167 son mujeres y 191 son hombres. Si se analiza la trayectoria de los últimos diez años, el dato es desalentador porque se ha perdido el 20,1 por ciento de la población, y desde que se superó la barrera de los 400 habitantes, no ha habido ningún respiro en esta tendencia negativa.
Las consecuencias de esta alarmante pérdida de población sitúa a los vecinos que aún se resisten a dejar la localidad, en una situación de vulnerabilidad y desamparo con respecto a otros municipios con mayor población. Servicios públicos como la sanidad, educación o protección social, que funcionan a ralentí; servicios financieros inexistentes, transporte público mínimo, e incluso un sobrecoste en los productos de primera necesidad que aún se venden en el municipio por la baja demanda que se come el beneficio.
Las razones de este goteo continuo que ha vaciado a Huélago de sus habitantes, son más que conocidas por todos los vecinos y por las autoridades: envejecimiento poblacional, falta de expectativas laborales y económicas, y desatino institucional a la hora de aplicar medidas que reviertan esta tendencia. Conocidos son los planes para la lucha contra la despoblación que tanto desde el Gobierno como desde la Junta de Andalucía y la Diputación de Granada, se están implantando en la ‘España Vaciada’, para financiar proyectos innovadores que mejoren la calidad de vida, el entorno rural, garanticen la prestación de los servicios públicos e impulsen proyectos de emprendimiento que generen riqueza y empleo. Planes que de momento, los huelagueños no logran ver sus brotes verdes.
Revertir la tendencia
Desde su máximo poblacional de 1.530 habitantes en 1950, la tendencia negativa no se ha tomado un descanso hasta llegar, casi 75 años después, a los actuales 358 habitantes. Con este panorama, vaticinar que el pueblo desaparecerá en una o dos décadas no es nada atrevido. Por ello es necesario que se aúnen fuerzas para evitar que la historia de Huélago tenga un final próximo. Es el momento de que vecinos e instituciones trabajen para conseguir que las ayudas contra la despoblación a las que tiene derecho este municipio, comiencen a desplegar todos sus efectos para ofrecer garantías de prosperidad y de calidad de vida, que fije la población.
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